La ciencia es un cuerpo de teorías. Las teorías científicas establecen redes conceptuales cuyos nudos son los conceptos teóricos (átomo, evoluciónbiológica, afinidad química). Las cuerdas que unen estos nudos son los principios (conservación de la energía, incertidumbre, etc.) y toda la red, como en un circo de trapecistas, va fijada al suelo de la experiencia que tenemos del mundo. La metáfora de la ciencia como una red de trapecistas fue condicionada por Feigl (1970) al señalar que el anclaje al suelo de la experiencia procedía mediante "reglas semánticas" que contienen tanto conceptos teóricos como observacionales mediados por instrumentos de laboratorio, con lo cual se conectan al mundo de la experiencia de un modo parcial e indirecto. No aclaró por qué esta razón indirecta produce resultados que explican racionalmente los fenómenos del mundo ni por qué siendo la conexión parcial, los conceptos teóricos de la ciencia sirven para aplicarlos a la confección de máquinas que producen los bienes que a su vez reproducen constantemente la vida.
La tecnología es el proceso por razón del cual los humanos engendran ciertos resultados que les permite generar herramientas, máquinas, destrezas, pero cuya actividad se lleva a cabo mediante determinados patrones organizativos y éticos. Roszak (1968) duda que "las necesidades vitales del hombreson (...) de naturaleza técnica", por cuanto ellas competerían entonces "a algún tipo de análisis formal que puede ser realizado por especialistas poseedores de ciertas habilidades impenetrables".
Las ciencias y las tecnologías se diferencian en su objetivo final, que es clara y contundentemente diferente. Las ciencias buscan comprender el universo y su funcionamiento; dilucidar las reglas, los procedimientos y sistemas que hacen que el cosmos exista tal y como es. Son descriptivas en el sentido de que contemplan los fenómenos existentes e intentan explicar sus mecanismos; todas sus intervenciones (experimentos) tienen por objeto ayudar al entendimiento, y por tanto en condiciones ideales las modificaciones que se introducen en el funcionamiento natural están reguladas y son mínimas. El resultado final de las ciencias son las teorías que explican qué hay ahí fuera y de qué manera funciona.
Las tecnologías, sin embargo, no describen el mundo, sino que lo modifican para adaptarlo a las necesidades humanas. Su objetivo no es entender el universo, sino moldearlo para hacerlo mejor para nosotros; el conocimiento que buscan y emplean tiene como objetivo su aplicación en este empeño, no el conocimiento mismo. Las tecnologías siempre son ‘para’ algo: crear vías de comunicación u otras obras públicas, curar enfermedades, extraer minerales, fabricar objetos. La finalidad es utilitaria, y la razón de su existencia es en última instancia mejorar la existencia de la Humanidad.
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